Y si te dijese que somos casi iguales que una mazorca de maíz...

Te resultará increíble desentrañar una relación coherente entre esta gramínea y el ser humano. Sin embargo te diré que no somos tan diferentes de ella, tanto desde su nacimiento como planta, hasta su crecimiento, desarrollo y evolución hacia lo que conocemos comúnmente en forma de grano.

Al igual que el trigo, el maíz mueve el mundo y gracias a él, a todo lo que obtenemos de esta gramínea del mundo de las plantas, seguimos vivos.

No sé si la humanidad es consciente del valor que tiene algo tan común y sencillo, fácil de encontrar en infinidad de productos que consumimos a diario, al igual que sus propiedades.

Un libro que precisamente nos cuenta la similitud que tenemos con el maíz, una semejanza entre sí como las de cualquier ser vivo de la naturaleza y hasta de unas características concretas según desde donde provengamos.

El escritor quiere llevarnos a un mundo de pensamientos profundos sobre una relación comparativa de una mazorca de maíz, que sería el fruto de grano como resultado final, con nuestra condición humana, desde dónde provenimos hasta que la muerte acecha y en qué nos convertimos como "producto" y "subproducto" de nuestra corta existencia.

Humanidad... tan frágil como siempre, tan sencilla y humilde como un grano de maíz, tan compleja como es el propio sentido común que tanta falta le hace.