A mis hijos... a los que están y
desgraciadamente a los que ya no están.
Por haberos robado a vuestro padre
durante los momentos en los que solo pensaba en ese futuro para vosotros, y a
día de hoy, casi que me arrepiento del esfuerzo porque es de vuestra parte el
resultado final y yo me quedé solo con unos pocos ratos de enseñanza y
preocupación para que tengáis lo que yo no tuve muy a menudo; felicidad. Feliz
me siento ahora que os observo ajeno y cómplice a la vez de ella, y con ella,
el regalo más grande que pueda existir para siempre; es el que me hacéis ver a
cada momento de esas sonrisas verdaderas.
A los que desgraciadamente ya no
puedo veros las vuestras, siempre las llevo conmigo en mi alma. ¡Por y para siempre!
A mi padre...Siento que ninguno de los dos hemos sido
lo que nos hubiese gustado. Pero lo que mejor tiene el tiempo de respirar cada
día, y en el que miramos ese reloj que no se detiene es, posiblemente, un
espacio donde antes de pararse para siempre, tengamos la conveniencia de que
sean oportunas esas palabras, que no reproches, y que siempre nos faltaron. Si
podemos rectificar, lo haremos. Si no hay nada que recordar, porque ya pasó,
solo queda hacerlo mejor hoy y mañana. ¡Eso sí es construir a un hijo y a un
padre!
A mi madre...No siempre he sido, no siempre soy,
ni siempre lo seré conforme quisiera, lo quisieras. Pero eternamente agradecido
por la vida, no en el mejor de los casos ni recuerdos propios y ajenos, pero siempre
afortunado por ello, por ella, por la vida que me diste. Discúlpame si a veces,
aunque sea por demasiado tiempo, pongo ese espacio tan largo de por medio como
una barrera entre los dos. Solo así esperaré que llegues como naces, pidiendo
amor, y antes de que aparezca la hora de dejarnos, lo vuelvas a pedir y allí
pueda estar para dártelo, para darte, lo que quizás he echado tanto en falta
por ambos... que nos lo diésemos cuando debíamos dárnoslo, al fin y al cavo,
importarnos.
A mis dos madres...Mi abuelita y mi Chacha, por no
haberos demostrado mucho más de lo que pude demostraros. Me moría por dentro al
veros morir y no quería ni presenciarlo, ni imaginarlo, ni tampoco sentirlo
cerca. Fui un cobarde, y en el fondo sé que tampoco queríais que lo viese. Os
echo en falta cada día de mi vida, porque solo con vosotras he sentido que de
verdad le importaba a alguien y que me querían para siempre como jamás nadie lo
hará, ¡jamás! Mi último aliento será con vosotras dos en mi mente y en mi alma
para así irme a vuestro lado. Es lo único que me haría morir en paz conmigo
mismo.
A mis hermanos...Solo pediros perdón por "no
estar lo que me hubiese gustado estar" y por no haberme tomado la molestia
de que me llegarais a conocer como creo que nos faltó. La sangre solo es un
líquido, lo que corre por ella es la incondicionalidad con otro ser, y esto, que
no os sirva de controversia, es lo que se llama "para siempre y por
siempre" me importa y me duele como si fuese yo mismo. ¡Nunca es tarde
mientras sea de verdad!
A la familia...Tan grande es que ninguna tuve y sé
con creces, hoy en día, que no nacemos con ella sino que simplemente se hace.
Por si alguien me recuerda, que sepas, que sepáis, que aquí estoy, que aquí
sigo y bienvenido aquel y aquella que quiera que lo hagamos. ¡Familia!, tan
sencillo como importarse.
A mis amigos...Los que perdí, pero aquí estoy para
disculparme. Y los que he ganado, los que en la distancia siempre tienen un
recuerdo que hace que cada vez más, el añoro nos haga estar presentes para
siempre. Porque te quiero, os quiero, me importáis... y no digo que de vuestra
parte es de la misma forma, porque no es cuestión de decir sino de sentirlo y
así lo siento. Os percibo, te percibo. No sois muchos pero sí los más
importantes.
A los conocidos...Sea como sea, virtual o en vida,
solo quiero haceros saber que el tiempo no se estira como desearía que fuese,
aunque lecciones doy sobre ello, siempre tengo unos minutos para que con el
simple hecho de saludaros, sepáis que aquí estoy, estamos, nos veremos y pronto
Y así será para seguir poniendo vida que es lo importante.
A los que confiáis en mí...Por defraudaros cada día os pido
perdón. No llego siempre a tiempo pero os juro que hago todo lo posible por
hacerlo, por llegar, por acercarme a esas exigencias que me hago cada vez que
me levanto por la mañana y me animo en el espejo por y para vosotros.
A los que les debo...Y no siempre dinero, ¡"querido
Banco"!, sino a los que quisiera que me escucharais ese "por
qué" debido que os adeudo y que lo tengo pendiente. ¡¿Qué os debo?! Una
explicación sin reproches pero aceptaré cualquiera de vuestra parte. Así
podremos estar en paz con nuestra conciencia y al menos la mía estará más
libre.
Al tiempo...No te desaprovecho aunque a veces
así lo medite cuando me acuesto, no siempre dormido pero si soñando y hasta con
los ojos abiertos para valorarte. Perdón porque a veces no siempre lo hago,
pero ya que me disculpo dame un poco más, ese poquito más de tiempo para que
consiga que otros lo tengan, te tenga, lo tengamos, más y más presente y lo
valoren porque no es eterno. Lo valoremos, lo valoro, porque no lo eres como
incansable combustible que mal gastamos a diario sin que podamos recuperarlo
nunca. Recuperarte ni comprarte.
A mis amores...Qué fácil es decirlo y qué difícil
es sentirlo sin quererlo inesperadamente. Ha habido mucho que dar de mi parte
pero agradecido estoy de recibir lo que me dieron. Amor, no te he tratado como
quisiera, no sabía hacerlo mejor. Solo te ruego que me dejes seguir teniéndolo,
tenerte. No entiendo mi vida sin ti.
Al amor de mi vida y que lo será para
siempre...El amor no se busca ni llega con el tiempo. Es tan
mágico que aparece sin más explicación que dar. Y no necesita explicar nada,
¡nunca!. Fuiste, eres y serás aquella mujer que vi un día por la tarde, como la
más guapa del mundo conforme te acercabas a mí. Sin maquillajes ni florituras.
Mirándome con esos ojos que tengo clavados en mi alma y esa sonrisa con la que
sueño cada noche.
Te pido perdón por no haber sabido
quererte, pero nadie me enseñó que había que saberlo. Y no sabes cómo te echo
de menos cada día de mi vida. La misma mujer con la que me hubiese gustado compartir contigo
hasta el último aliento que me quedase. Y a día de hoy aún lo pienso como lo
siento.
¡Qué pena por mí de que no existas!
A mí...
Por no querer verme muchas mañanas en ese espejo que
hace que te des cuenta que ya no eres un niño. Por odiarme a momentos sin saber
el por qué no lo hice de otra forma, a veces hasta pudiendo hacerlo y no fue
así.
Por tener que llevar dentro ese egoísmo que me repugna tenerlo, y para que
no me maten cuando vivo junto a otros a los que no les importa otra cosa que
ellos y ellas. Por esa ayuda que no presté y que de igual forma no me dieron y
bien merecida que estuvo, que está, y que estará si no lo cambio.
Por esa
protesta con o sin razón de la que podía haber utilizado otras palabras y
gestos. Solo espero que ese perdón que te pido, me pido, me haga ser un poco
más humano que lo era antes de escribir estas pocas palabras para que tú y el
resto lo noten, lo vean y lo compartan. Lo sepan.
¡Gracias de corazón "Perdón"!...
porque al menos con esa opción de pedirte y utilizarte, ese sentimiento de
ofrecerlo, ofrecerte, puedo llegar a lograr ser un poquito mejor cada día que
respire.